Artritis en los Niños 

La artritis crónica o reumatoidea no es una enfermedad exclusiva de la vejez. Aproximadamente uno de cada mil niños tendrá artritis, generalmente antes de cumplir los 5 años. Se calcula que hay más de 8.000 niños con artritis crónica en la Argentina. Todavía no hay ninguna vacuna o cura para la artritis, pero sí existe un tratamiento efectivo.

La artritis de los niños es diferente a la de los mayores, y no es simplemente el comienzo de la artritis reumatoidea del adulto en un niño. La artritis de la niñez es una enfermedad (o conjunto de enfermedades) a la que llamamos artritis crónica juvenil (o artritis crónica juvenil idiopática, también llamada comúnmente artritis reumatoidea juvenil). La mayoría de los niños con artritis juvenil tiene un pronóstico excelente, y con el tratamiento adecuado el 80% de ellos crecerá sin deformidades y sin artritis en la vida adulta.

Un programa de ejercicios, especialmente diseñados por el médico y el fisioterapeuta, es uno de los principales componentes del tratamiento. Aunque la artritis cause daño articular, los huesos y el cartílago de los niños en crecimiento tienen capacidades sorprendentes para curarse. El ejercicio evita la pérdida de movimiento articular y hace que los miembros dañados crezcan adecuadamente. La medicación que el médico receta actúa reduciendo la inflamación articular y permite que el programa de ejercicios sea menos doloroso y más efectivo. El tipo y potencia de esta medicación dependerá de la severidad y el tipo de artritis que tiene el niño.

¿Que es La Artritis?

El término artritis significa inflamación de las articulaciones (el sufijo «itis» significa inflamación).

El sistema inmune de nuestro organismo es un delicado mecanismo de defensas. Responde a la infección causando inflamación. La amigdalitis, por ejemplo, es causada por una infección bacteriana. Las amígdalas rojas, hinchadas y dolorosas indican que el sistema inmune del organismo está actuando adecuadamente para vencer a esa infección. En la artritis crónica juvenil, hay inflamación de las articulaciones, que se tornan rígidas, calientes, hinchadas y dolorosas, pero sin razón infecciosa.

El espacio articular entre dos huesos está rodeado por una cápsula. La capa interna de esta cápsula se llama membrana sinovial, y es la que produce el líquido sinovial que lubrica la articulación y la nutre. Los extremos de los huesos están recubiertos de cartílago, que es muy liso. El cartílago está diseñado para permitir que los extremos de los huesos se deslicen entre sí de manera suave. En la artritis, la sinovial se torna gruesa y produce demasiado líquido. Si la sinovial se torna demasiado gruesa, puede dañar el cartílago y a veces los huesos. En los niños, a diferencia de los adultos, el cartílago y el hueso todavía tienen la capacidad de crecer, lo que les permite reparar y curar el daño articular en una gran proporción de los casos.

¿Cual es su Causa?

No se conoce la causa de la artritis. Lo que sí se sabe es que no es hereditaria, y que la artritis de un padre o abuelo no tiene relación con la artritis de un niño. La artritis juvenil no está causada por ninguna infección o enfermedad que el padre o la madre pudieran haber tenido antes. No tiene relación con ninguna circunstancia del embarazo. No está causada por ninguna comida, y no se cura ni se mejora al cambiar la dieta. Algunas comidas y vitaminas especiales para la artritis no sirven para otra cosa que para malgastar el dinero. Ni las pulseras de cobre ni las hierbas medicinales curan la artritis. La artritis juvenil tampoco está causada ni se cura con un cambio de clima, aunque sí es cierto que los pacientes artríticos (niños o adultos) tienen más síntomas cuando hay cambios bruscos de la presión atmosférica.

Aunque algunos chicos con artritis tienen fiebre y se brotan, no es una enfermedad infecciosa, y por ende no es contagiosa. Y aunque la artritis a veces aparece después de un accidente banal o una infección, que son muy comunes en los chicos, estos eventos no causan la artritis. Está demostrado que por causas aún no muy bien conocidas, el sistema inmune (las defensas) de los niños con artritis funciona mal. Los chicos con esta enfermedad pueden tener un sistema inmune que puede estar funcionando demasiado bien, o sea que no tiene un buen control, y desencadena inflamación sin que haya un microbio. Muchos niños con artritis tienden a mejorar porque con el tiempo y el crecimiento el sistema inmune madura y se corrige solo. Desafortunadamente, esto no sucede en todos los casos.

¿Como se Hace el Diagnostico?

Los chicos no siempre se quejan de dolor. Por eso, a veces es difícil decir si las articulaciones de un niño están inflamadas. La única pista puede ser cierta rigidez a la mañana acompañada de «renquera» matinal transitoria o resistencia a usar un brazo o una pierna. A veces la artritis reumatoidea juvenil puede ser muy difícil de diagnosticar, y puede pasar inadvertida aún para un pediatra.

La artritis juvenil es una inflamación de una o más articulaciones que dura seis o más semanas, sin una causa que la justifique. Una vez que se sabe que un niño tiene inflamación de las articulaciones, hay que descartar otras enfermedades mMás serias que la artritis reumatoidea, como las infecciones. No hay ningún análisis que por sí solo haga el diagnóstico de artritis reumatoidea (ni siquiera el factor reumatoideo) o que descarte otras enfermedades. Por eso, ese niño va a necesitar radiografías, análisis de sangra y orina, en ocasiones un estudio del líquido sinovial (o articular), y por supuesto, una visita al especialista.

La duda que existe en las primeras semanas después que se descubrió la artritis puede ser un momento difícil. Es necesario saber que lleva cierto tiempo hasta que el médico está seguro del diagnóstico de artritis crónica juvenil, y que pasará cierto tiempo hasta que las medicinas y los ejercicios recomendados hagan efecto.

¿Tipos de Artritis Juvenil?

TIPOS DE ARTRITIS CRONICA JUVENIL

Es importante saber qué tipo de artritis tiene un niño , porque de ello dependerá el tipo de complicaciones que podrá tener, el pronóstico y el tratamiento que recibirá.

Existen características comunes a todas las formas de las artritis, como la rigidez matinal en momentos de inflamación. Pero también es importante conocer la variabilidad que existe en el comportamiento de la artritis en distintos niños que pueden compartir una misma forma de la enfermedad. La artritis de los niños a veces dura pocos meses o años, y hasta a veces desaparece para siempre.

Pero la mayoría de los chicos tienen un curso alternante durante varios años. Las exacerbaciones («brotes» o «recaídas») son los momentos en que la enfermedad está peor. Las remisiones son los momentos cuando parece que la artritis se fue. A veces, una infección viral común (como la gripe o el resfrío) puede desencadenar una recaída. Puede ser frustrante para los padres ver que esto sucede, especialmente cuando parecía que la enfermedad se había ido o había mejorado mucho, pero no se debe perder la esperanza. Por suerte, en la mayoría de los chicos estas exacerbaciones tienden a ser menos severas y a ocurrir menos frecuentemente con el tiempo.

FORMA PAUCIARTICULAR (u OLIGOARTICULAR)

Esta es la forma más común y más leve de la enfermedad. Cuatro o menos articulaciones están afectadas en la mitad de los casos solo una articulación está hinchada). Hay muy poca o ninguna alteración del estado general o del crecimiento. Puede tener una evolución con brotes y remisiones, pero en general no hay daño definitivo en las articulaciones. Esta forma tiende a ser de corta duración, y casi la mitad de los niños entran en remisión permanente en tres a cinco años.

Uno de los principales problemas de los chicos con esta forma de artritis es la aparición de contracturas en la articulación o articulaciones afectadas, y la discrepancia de longitud de los miembros inferiores cuando la artritis es asimétrica. Por fortuna, estas complicaciones son tratables. Hay un alto riesgo de inflamación de los ojos (la úvea) en niños con este tipo de artritis. Estos chicos deben tener un examen ocular con lámpara de hendidura cada tres meses, porque esta es la única forma de detectar precozmente la uveítis. Existe un análisis de laboratorio llamado FAN o ANA (Factor o anticuerpo antinuclear) que en ocasiones es positivo en niños que tienen inflamación ocular. Por este motivo, el FAN nos ayuda a detectar a aquellos niños con mayor riesgo de desarrollar inflamación ocular, y por ello, los que requieren visitas al oftalmólogo más frecuentes.

Si bien es muy raro que ocurra, algunos chicos con esta forma pueden desarrollar inflamación de más de cinco articulaciones con los años, asemejándose a los de la forma poliarticular.

FORMA POLIARTICULAR

En esta forma, cinco o más articulaciones están afectadas. Generalmente, la artritis comienza en varias articulaciones al mismo tiempo. A veces puede empezar en una o dos articulaciones y después afectar otras. Si va a tomar otras articulaciones, esto usualmente sucede en los primeros 6 a 12 meses de la enfermedad. La duración de este tipo de artritis es variable, pero en general se trata de varios años. Usualmente existen exacerbaciones y remisiones. Del tota de niños que tienen este diagnóstico, más de la mitad no tendrá más síntomas de la enfermedad en 8 a 10 años. Aunque es raro, puede haber alguna afectación de los órganos internos, pueden aparecer nódulos subcutáneos, o inflamarse los vasos sanguíneos. Este es un tipo de artritis que puede afectar el crecimiento del niño.

Un pequeño porcentaje de estos niños tienen un marcador en la sangre llamado Factor Reumatoideo. Son usualmente niñas grandecitas, mayores de 9 años, y tienen un tipo de artritis similar a la de los adultos, con marcado compromiso y daño en varias articulaciones.

En estos pacientes es muy útil el uso de drogas como el metotrexate. FORMA SISTEMICA (o ENFERMEDAD DE STILL)

Esta es la forma más rara pero más severa de la artritis. Se caracteriza por un brote de manchitas en la piel y por fiebre en picos diariamente. Fue descripta originalmente por el Dr G. Still a fines del siglo XIX. Los chicos se muestran muy afectados y enfermos durante la fiebre de la tarde, pero se sienten mucho mejor a la mañana siguiente, cuando la temperatura baja. Con frecuencia tienen los ganglios inflamados. Los órganos internos, como el hígado, el corazón o los pulmones, también se pueden inflamar, pero no sufren un daño permanente.

Cuando este tipo de artritis dura varias semanas, el niño estará débil, perderá peso y se verá pálido por la anemia. También puede afectarse el crecimiento, pero éste se recupera cuando la enfermedad entra en remisión. En las primeras etapas de esta forma de artritis, puede ser que no haya ningún signo de inflamación de las articulaciones, o que haya muy pocos. Esto hace que a veces sea una enfermedad muy difícil de diagnosticar, porque hay muchas otras enfermedades que pueden causar fiebre y manchas en la piel. Esta es la causa por la que hay que realizar varios análisis y estudios para estar seguros de que no se trata de otra entidad. La artritis generalmente aparece en los primeros 6 meses desde la aparición de la fiebre y las ronchas. Generalmente compromete muchas articulaciones, pero puede ser leve o severa. Hasta las formas severas entran en remisión en algunos meses o años. Si no entra en remisión, la enfermedad tendrá un curso de brotes y remisiones parciales que es distinto para cada chico. En la mayoría de los casos, estos brotes se hacen más leves a medida que pasa el tiempo. Existe un grupo de niños con esta forma en los que la artritis permanece en actividad permanente, con mayor o menor intensidad.

FORMAS SERONEGATIVAS – ESPONDILITIS ANQUILOSANTE JUVENIL

Este tipo de artritis afecta generalmente a los varones que tienen más de 8 o 10 años. En general es bastante benigna, aunque puede evolucionar a una enfermedad más severa con el tiempo. Usualmente compromete una o dos articulaciones en los miembros inferiores, como las caderas, las rodillas o los tobillos. Estos niños necesitan de un programa de ejercicios especiales muy intensivo. Estas formas de artritis pueden evolucionar a una forma de reumatismo que afecta la columna vertebral, y que causa dolores de cintura y rigidez (espondilitis anquilosante).

Cuando esto ocurre, hay que realizar ejercicios especiales para la espalda que evitan las deformidades de la columna. Este es uno de los pocos tipos de artritis que puede tener un componente hereditario. Un 90% de los niños con esta enfermedad tiene un gen llamado HLA-B27. Por esto es muy útil realizar un análisis para detectarlo y orientar el diagnóstico.

ARTRITIS PSORIATICA

La psoriasis es una enfermedad de la piel que se caracteriza por placas de piel blanquecina, como «seca», que se descama, en los codos, rodillas y otras áreas. Seis por ciento de la gente con psoriasis también tiene artritis. Este tipo de artritis puede comenzar en niños pequeños, incluso antes de que surjan las manifestaciones cutáneas de la enfermedad. Habitualmente es leve o moderada.

Muchas veces afecta una sola o pocas articulaciones, pero puede comprometer las caderas o la columna. Es importante conocer si hay algún antecedente de psoriasis en algún miembro de la familia de un chico con artritis, porque puede ayudar a establecer el diagnóstico.

¿Cual es el Tratamiento?

El tratamiento de un niño con artritis es particular y «hecho a medida» para cada paciente. Las bases del manejo consisten en la constancia y la voluntad del niño y su familia para sobrellevar la dolencia, tomar los medicamentos indicados y realizar los ejercicios adecuados, y así obtener el mejor beneficio de la terapia.

En este momento existen muchas drogas antiinflamatorias e inmunomoduladoras que permiten controlar satisfactoriamente (si no en todos, en la gran mayoría de los casos) la inflamación y el dolor. Los nuevos compuestos terapéuticos surgidos en los últimos años permiten ser optimistas acerca de las futuras medicaciones y su impacto en el bienestar del niño reumático.

De todas formas, al aún no conocerse la cura para esta enfermedad, los objetivos del tratamiento siguen siendo: que el niño se relacione con otros niños normalmente, que pueda seguir concurriendo a clase, que su crecimiento físico e intelectual sea normal, que sus articulaciones conserven o recuperen una función normal.

Dr. Luis Zurita Gavilanes